¿Un clavo saca otro clavo?

Si no estás familiarizado con la frase, no se trata de clavos que se encuentran en la ferretería. Hablamos de parejas, enamorada(o)s, salientes o como quieras definirlo. La frase es muy popular y no sé exactamente desde cuando se usa, pero hasta nuestros abuelos la escucharon en algún momento. Han pasado generaciones enfrentando este cuestionamiento, pero parece que la respuesta nunca resulta lo suficientemente convincente. Y es así, que llegó hasta las generaciones millennial y centennial para abrir el diálogo de esta crónica.

Digamos que estás profundamente enamorado(a), de una persona con la que has compartido poco más de 1 mes. Sé que es poco tiempo para enamorarse, pero estos casos se dan y quiero darles un espacio en el

análisis. Esta persona, de un momento a otro, decide que no eres lo que está buscando y rompe contigo. Tu impresión inmediata es la desilusión, ¡vaya! Pero recuerdas que tienes 20 años y que tu bandeja de Instagram está llena de invitaciones para salir, scrolleas un poco, encuentras a alguien atractivo(a) y llega la gran pregunta en cuestión: ¿un clavo saca otro?

Ok, nos saltamos un paso en el proceso. Antes de scrollear en Instagram, debiste haber convocado un consejo de guerra con tus mejores amigos(a)s y fans. Es que un evento tan inesperado no puede ser tomado a la ligera. Aquí entra la naturaleza colectiva de nuestra especie para ayudarnos a tomar la decisión correcta. Y es claro, que es más fácil tomar la decisión con la aprobación de aquellos que consideramos cercanos, que solos en un largo proceso de meditación y consciencia.

El consejo de guerra debió tomar horas de cuestionamientos y afirmaciones argumentadas por la imaginación más exaltada y el análisis más exhaustivo de la cuenta de Instagram de tu ex. Hasta que alguien en el consejo suelta la espada de Damocles, con una afirmación que muy en el fondo esperabas escuchar: “! Olvídate, puedes conseguirte a alguien mejor!” Inmediatamente suenan las voces de grupo afirmándolo. La decisión está tomada. Das algunas palabras de remordimiento para manifestar la sinceridad de tus sentimientos en duelo y finalmente, scrolleas.

Pasan algunos días en espera de la cita y en tu cabeza las expectativas van tomando forma. Esa atractiva persona con la que saldrás te impresionó tanto como las fotos que viste antes de aceptar su invitación. Luego llega el primer beso, algo no cuadra. También llegan las largas conversaciones y los vacíos incómodos, algo no cuadra. Esa persona parece muy emocionada de salir contigo, eso no te gusta. Sus mensajes cada vez son más cariñosos, eso no lo haría tu ex. Y finalmente, después de algunos días saliendo, le dices que no es lo que estás buscando.

El peso de nuestras emociones a veces es más grande que nuestros deseos. Si de verdad has llegado a creer que estás enamorado(a) de alguien, esa persona no será fácil de olvidar de un momento a otro. La llevarás contigo a las citas y salidas que tengas para intentar olvidarla(o). Rompe el círculo de malas citas. Después de romper con alguien, date el tiempo para reconstruirte, tu salud emocional depende de eso. No caigas en la toxicidad de una relación pasajera por conveniencia, de la que saldrás mal parado(a) y en la que lastimaras a alguien. Nuestros abuelos lo sabían, ahora tú también lo sabes.

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